Film encumbrador para Jean-Claude Van Damme, pero fallido, marcando un ligero declive en su carrera, pero que, el CINE de ACCIÓN ganó un máximo, aunque de menor encuentro popular. Vigilante ex-bombero durante la celebración de un partido crucial de 'hockey sobre hielo' se verá involucrado con el secuestro de sus hijos y un complot terrorista, teniendo que entrar en juego con sus dotes para solucionar la amenazante situación a contrarreloj. Trepidante y espectacular.
En los iniciales AÑOS 90, un actor de origen belga, campeón de campeonatos internacionales de ARTES MARCIALES .... Jean-Claude Van Damme, convertido en actor durante los 80s, se había ganado un puesto de honor dentro de los llamados 'Héroes de ACCIÓN' con gran afinidad, ocupó la gran cima de la temática adrenalínica, paraíso de elección, dejado por las grandes estrellas pasadas a otros asuntos fílmicos como Clint Eastwood, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Charles Bronson y hasta Chuck Norris.
Y así, durante esa década, la cotización de Bruce Willis, Mel Gibson, Nicolas Cage, Steven Seagal o Dolph Lundgren, Jean-Claude Van Damme pudo estar en varias altas películas beneplácitas de producción amplia y de gran expectativa: "Death Warrant/Licencia Para Matar (1991), "Universal Soldier/Soldado Universal" (1992), "Hard Target/Blanco Humano" (1993) entre otras, teniendo una buena acogida en unión con un público fiel.
En un vítor a "Die Hard/Jungla de Cristal" (1988) de John McTiernan, Peter Hyams, especialista como ninguno regresaría de nuevo introducido de lleno en la ACCIÓN más innata, trabajando un año antes con el propio Jean-Claude Van Claude en "Timecop: Policía en El Tiempo (1984), nos ofrecería dejarnos sin respiro con "Sudden Death - Muerte Súbita" (1995).
La excusa, sería la petición de un desbloqueo de cuentas bancarias por una banda preparada, secuestrando un estadio de 'hockey sobre hielo', para realizar su malévola ACCIÓN, allí entonces, un jefe inspector del recinto, ex-bombero, se pondrá a solucionar el grave problema.
Entonces, una trama adictiva en movimiento, sentida e implicada de secuencias pagadas al efectismo de fuerte pegada, los bailes 'uno contra uno', las subidas y bajadas por escalinatas, una llamada atenta visual con salidas combativas inconcretas de pelea 'hombre contra mujer' (parapetada en la perversa en un 'sumo' disfraz acolchado, aguantando los derechazos imparables de la fémina), la aniquilación consensuada, apareciendo, el 'visto y no visto' en caer minutos con el 'jefe villano' (Power Booth) dejándolo para el final, y cómo marcan los cánones del género, el desenlace solo se hará esperar.
Su artificio consistente en correrías, violencia y algún diálogo de intensidad directa, acrecentado con un despliegue de extras en pista sobre hielo, auténticamente situada en Pittsburg, sumando tramos de rodaje en Middletown, New York con otros lugares captados, su bagaje de producción triunfalista, su financiación, supuesta en alrededor de 30 millones y un 'deslumbrante' fracaso en EE.UU. con únicamente $20 millones recaudados en su primer periplo de estreno, el éxito australiano y otras admisiones de Europa y Asia, más el total recogido en lo doméstico, es considerada una de las mejores del actor, pudiendo aguantar álgida y ampliamente de no ser un fracaso comercial, recogiendo unos 64 millones.
En conclusión, buen CINE de ACCIÓN, estereotipado en devaluación circunstancial de alta mirada y espectacularidad al uso, pasando desaparecida para algunos afines de siempre, que, sin tener acentuación a la alevosía artística de ser una de 'Willis', 'Gibson' o 'Cage', es totalmente recomendable para un rato de entretenimiento vertiginoso.