A QUEMARROPA (1967).


Una de las películas más icónicas del género de la ACCIÓN violenta, estando en las primeras realizadas con el voto del actor Lee Marvin, regresando desde presidio para pedir lo suyo de un antiguo robo y con intenciones nada halagüeñas para sus antiguos socios, esta película está considerada de importancia dentro de 'La Historia Del CINE' por influir agresividad y métodos de filmación.

A finales de los AÑOS 60, la reconversión global en todos los ámbitos fueron un punto de avance, teniendo algo agitada la sociedad, los cambios se produjeron en los sectores políticos, sociales y culturales, y por ende, el cinematográfico se acogió a los avatares de la reseña con la consecución de "Point Blank/A Quemarropa" (1967) marcando un punto de inflexión en las filmografia internacionales genéricamente.


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Si, el CINE se vió abocado a una catarsis colosal de grandes producciones, muchas de ellas en desastres comerciales durante los AÑOS 60, pero al poco tiempo, unas reveladoras producciones comenzaron dar pie a unos visos de esperanza, dominando austeridad en propuestas escenográficas, unas pequeñas producciones más económicas de gran inversión dejaron mella para nuestras subsiguientes generaciones.

De esos AÑOS 60, "Point Blank/A Quemarropa" (1967) es un título imperecedero, acogida a una razón del CINE NEGRO filmado durante los AÑOS 50, añadiendo todo el NEO-NOIR venido de Francia durante ese periodo y de proposición merecida, introdujo los ingredientes de la fuerza visual, las tramas truculentas de asesinos y crápulas malhechores de dudosa reputación, junto a una violencia subida de tono, desencadenando en "Point Blank/A Quemarropa" (1967) una arriesgada propuesta, que en su día funcionó en taquilla, teniendo el honor de ser incluida como 'Una Película de Visión Obligada Antes De Morir' en libros especializados y también, de renombración para el recuerdo de los televidentes de generaciones ancestrales.


Bajo la premisa de que, Walter, caracterizado en el rostro del genial Lee Marvin (uno de los actores más duros de Hollywood), como un compinche mafioso traicionado por gran cantidad de dinero, apresado y enviado a la prisión de Alcatraz, siendo herido y dado por muerto, ya olvidado, tras una fuga colectiva, años más tarde en la calle, buscará venganza y su parte del botín, para ello, intentará localizar a sus enemigos en la ciudad de Los Ángeles, contactando con algunos de sus ex-amigos y amigas por información.


Dirigida por John Boorman, que al poco tiempo firmaría "Deliverance/Defensa" (1971), otro de los títulos suscritos a lo vengativo de fuerte arrebato, le llevó a coronarse en aquellos AÑOS 70 a ser un realizador de prestigio, aunque su singladura siguiente no plena de éxitos financieros, está plagado de títulos generados a ser llamados de admiración al sobrenombre 'De Culto'.

Basada en la novela 'The Hunter' del escritor y novelista norteamericano, Donald E. Westlake, escrita con el seudónimo de Richard Stark, "Point Blank/A Quemarropa" (1967) es todo un exponente del CINE de calidad y de la vertiente más violenta de aquellas horas (y aún..., de hoy, posiblemente) firme y heredera de esa cinematografía surgida en modernidad, tan envenenada y sugerente del NEO- NOIR y de la 'Nouvelle Vague' francesa, toma todos sus factores: hombre exclusivo y solitario con objetivo fijo, una inesperada agresividad estará a la espera en cualquier momento.


Unos toques petulantes característicos marcaron ese importante movimiento fílmico francés de nacimiento en Francia, arranques impulsivos con espacios escénicos fuertemente iluminados de color vivo, una tensión psicológica complicada de circunstancia súbita en 'flash-backs' narrativo serían su particularidad, más un ERÓTICO primigenio, y cambios de ritmo con eficaces efectos sonoros, las hicieron muy interesantes, no ofrecidas a 'nuevas generaciones' pueden estar en el rango de 'incunables'.


Así, "Point Blank/A Quemarropa" (1967) es una película hecha por profesionales, encuadres perfectos y de rápido movimiento de honor ganado diferente, su entramado argumental central de individuo enfrentado a gran organización imposible, la petición de ACCIÓN no es necesaria, golpes de desarrollo, choques automovilísticos con mujeres en ser el cebo, más los infames pagos por crimen; las traiciones son el hilo conductor a un acabose abismal en lo económico entre mafiosos, no demasiado definidos, esperarán de un momento a otro un fatalismo para la mayor dignificación del género (todavía no muy clasificado por aquella época).

Aquí, Walter, es el personaje principal (uno de los mejores papeles de Lee Marvin y viviendo uno de sus mejores momentos) es un solitario sicario, pasado de moda y 'chapado a la vieja usanza', es de nuevo un 'pistolero' (aquí cambiando los trajes por la ropa de 'cowboy', pero no de revólver si no urbanita) se involucrará contra una criminal de corporación a gran escala oculta detrás de un aspecto respetable, los villanos más valientes son los más cobardes y donde el asesinato a sangre fría, es violentamente el final y ¿por qué... no...,?... lo 'a quemarropa', no tendrá ninguna justificación.


Sin profundizar en una psicología motivada, la película enfatiza con cualquier espectador, capturando magníficamente la sensación brillante de Los Ángeles de 1967, aunque despersonalizado, los lugares callejeros nocturnos a unas vistas paisajísticas de amplitud, mezclados con el lujo de interiores de entonces, suena MÚSICA a todo volumen para un retorcido e inapreciable de un 'nunca acabar', la recuperación del dinero revivirá esa vislumbración de un camino a la muerte.

Si Walter (o mejor dicho, Lee Marvin), la plasmación del actor con un revólver en ristre es una imagen para la posteridad desde el momento de su estreno, copiada e idolatrada tanto en CINE y en la 'cultura popular' de la MÚSICA ROCK con muchas ediciones mediáticas de publicación tipificadas, así, como en otros sectores del entretenimiento, tiene hasta un 'merchandise' surtido amplio.


Al protagonismo absoluto de Lee Marvin, iría acompañado por una actriz venerada, Angie Dickinson, ofrecida a la instantánea sensación de belleza de sensualidad insertada firme al erotismo, todos los hombres son feos y nada atractivos, haciéndola al modo artístico de figura deseada, pasando al recuerdo de ser un mito platónico de aquellas horas.

Los personajes de reparto, temibles y amedrentadores, sólo son marionetas al paso del rasgo del actor Lee Marvin quedando en un disquisición patética, manteniendo todo ese apego de ser uno de los más duros que el CINE a dado.


En conclusión..., "Point Blank/A Quemarropa" (1967) de un supuesto final abierto, es un contundente placer violento de la mejor membresía del CINE de ACCIÓN e INTRIGA, llegando a ser un portento cinematográfico completo.