CLAVE: OMEGA (1983).


Última película de Sam Peckinpah con reparto de lujo: Rutger Hauer, John Hurt, Burt Lancaster y la actriz a alza Meg Foster, INTRIGA y ESPIONAJE con ACCIÓN vengativa, un crimen injusto durante 'La Guerra Fría' (1953-1989) dará de sí misma una complicada descifración de organización internacional. corrupta, recomendada para fans del género.

El CINE de ESPIONAJE versado en novelas 'best-seller' tenían alargadas 'tiradas' en ejemplares vendidos durante los AÑOS 70 y 80, su amplia aceptación donde diferentes personajes estaban en asuntos turbios y en un desafío con entramado increíble, y si dando el caso, las películas espectaculares de James Bond eran unos 'taquillazos', otras producciones al margen, podían no ser unas muestras tan convencionales, aunque brindando muertes horrendas, amistades peligrosas  bacteriologías y como no, tanto la C.I.A. como la K.G.B. por el medio, título medianamente interesantes se estrenaba, no obstante, algunos se verían como extrañeza, no por la misma producción en sí, su director fue Sam Peckinpah.



De todo un gran abanico de un inmenso listado, "The Osterman Weekend/Clave:Omega" (1983) obra firmada por Robert Ludlum, escritor reputado en el género, aquí, una eliminación de la amante francesa de un agente del F.B.I. Lawrence Fassett (John Hurt) le hará contactar con John Tanner, presentador estadounidense de televisión (Rutger Hauer) tertuliano bastante incisivo al que obligará a trabajar para él y destapar una manipulación mediática viniente de un lado oscuro, supuestamente, del gobierno, todo salpicará a otros periodistas amigos (Dennis Hopper, Craig T. Nelson y Chris Sarandon, entre otros, sobresaliendo, la actriz Meg Foster), y estos, sabiendo algo del tema, no darán crédito al vendaval que se avecina, intentando, descubrir si sabe algo, ese, periodista de la organización secreta internacional a la que perteneces llamada Omega,y para la cual trabajan.


Para ello, siendo amigos se organizará tal fin de semana apacible con sus parejas, sucediendo que se sonsaque información del pasado utilizando artilugios de cámaras grabadoras escondidas y altavoces comunicadores, la tensión entre ellos estará a punto de estallar; el miedo y el engaño a ser descubiertos, uno con idea fija de la verdad por haber comprobado un ataque a su familia y ser salvado por aquél agente del F.B.I. y los otros, involucrados por pagos, ocultación y tresivergización metidos en una traición; el grupo intelectual estando en el punto de mira, generará el destapar lo que nadie quiere y donde nadie parece quién es: un dinero e intereses secretos producirá el efecto mortal por un agente de la C.I.A, Maxwell Danforth (Burt Lancaster) que está en la sombra, que ha sido a su vez, comprado para no desvelar esa corrupta red Omega.


Amedrentados, el peligro yacerá sobre las cabezas de esos periodistas, estando también en un juego de ESPIONAJE a un lado y otro, Lawrence Fassett y Maxwell Danforth.


Si la trama de por si parece complicada es aseverada de órdago, enemistando los supuestos compañeros de profesión (y amigos), la indigna corruptela les moverá como títeres en una gran casa campestre propietaria para salvar sus intereses, existiendo una venganza, igualmente, oculta.

La violencia, apareciendo,  su guion algo sórdido cogido por Sam Peckinpah en oficio, habiendo pasado una de sus peores horas (drogas y alcohol, sin excluir su peculiar carácter). exclusivamente, un entretenimiento comsumado de impacto, hay algunos agujeros en un desarrollo rápido, tal como es su trama truculenta, música penetrante de Lalo Schifrin, la aparición de armas como el arco modernizado y una pequeña ballesta de mano sumamente eficaz en defensión de las armas automáticas, los crímenes ocurrirán sin remedio a la llegada de otros espías estando al caso, un desenlace de infarto, al supervivencia nocturna asemejará ser condenada para desenmascarar de una vez al verdadero villano, pero utilizando un programa televisivo, su fin estará cerca.

Concluyendo, enramado a varias direcciones, tiene todos los elementos del género: INTRIGA vengativa, ACCIÓN violenta y positiva oscura de resultado medio que puede atrapar.